Los navegadores que usamos actualmente utilizan diferentes técnicas para tratar de mejorar la experiencia del usuario. Una de ellas, la caché del navegador, se usa para mejorar la velocidad de carga de las páginas web.

La caché del navegador es un repositorio de objetos – html, imágenes, css… – que el propio navegador guarda mientras navegamos. Es decir, al entrar en un sitio web el navegador se descarga los diferentes elementos que componen la página y los almacena. Si posteriormente volvemos a entrar el mismo sitio, el navegador puede llegar a usar los elementos almacenados en lugar de volver a descargarlos. Los elementos almacenados en el propio navegador se cargan muy rapidamente y la experiencia final del usuario es más satisfactoria.

Sin embargo, los elementos almacenados en la caché pueden estar caducados y la página que estamos viendo en el navegador podría no reflejar el contenido real del sitio que estamos visitando.

¿Qué elementos se deberían almacenar en la caché?

Desde el punto de vista del desarrollador de una página web conviene determinar qué elementos se deben almacenar en la caché del navegador y cuánto tiempo deberían almacenarse. El usuario final tiene escaso control sobre la caché de su navegador, sólo puede vaciarla.

Cómo regla general, el desarrolador suele estimar que el contenido dinámico (que cambia muy frecuentemente) no debe almacenarse. Normalmente, no se suele permitir que el navegador almacene el HTML. El resto de los elementos -imágenes, estilos, javascript…- pueden ser almacenados.

Si la información que se maneja es sensible, el desarrolador puede indicarle al navegador que no almacene ningún contenido.

¿Cómo podemos controlar el comportamiento de la caché del navegador?

Cada uno de los elementos que conforman una página viene acompañado de un Encabezado o Header que controla el comportamiento de la caché. El contenido del Encabezado está en manos del desarrollador que lo usa principalmente con el siguiente propósito:

• Determinar qué tipo de elementos deben guardarse.
• Fijar cuánto tiempo deben almacenarse.

En todo caso, el usuario final sólo tiene un par de opciones para asegurarse de que no está visualizando una página con contenido obsoleto:

1. Vaciar completamente la caché del navegador. Hemos de tener en cuenta que afectará a todos los sitios. En la mayoria de los navegadores podemos usar la combinación de teclas Ctrl + Mayús + Supr para acceder al apartado donde se puede eliminar la caché
2. Volver a descargar todos los elementos de la página. Para ello usaremos la combinación de teclas Ctrl + F5 mientras visitamos una determinada página.