PechaKucha, oh no!

No no no y nooo!

Este horror viene de mi pánico a hablar en público.

Somos muchos los que tenemos miedo a hablar delante de la gente. Y más si el grupo es numeroso. Pero afortunadamente, este terror no se manifiesta en mí, porque en mi caso, que soy diseñador, no tengo porque hablar más allá de mis compañeras/os y clientes. Por lo tanto tranquilidad.

Pero no, mi querida jefa tuvo que romper mi tranquilidad y armonía. Tuvo la valentía de apuntarnos (a los dos diseñadores de la empresa) a unas jornadas de PechaKucha que organiza Bidasoa Activa dentro del programa de Krea Bidasoa (Emprendizaje, Innovación y Creatividad). Nada más comentarnos la idea, note ese desagradable sudor frío. Pensé para mi “los cojones, antes me piro de la empresa”; de hecho se lo dije, por si colaba la “amenaza”. No funcionó.

Pero antes de explicaros qué es un PechaKucha, en qué consistió nuestra presentación y lo más importante, el cómo fue, quiero continuar hablando un ratito sobre el miedo escénico.

Un tal Renny Yagosesky fue el que teorizó sobre el miedo o pánico escénico. Definición del amigo Renny (Wikipedia): define al Miedo Escénico como la Respuesta psicofísica del organismo, generalmente intensa, que surge como consecuencia de pensamientos anticipatorios catastróficos sobre la situación real o imaginaria de hablar en público. Esta respuesta incluye manifestaciones de estrés, timidez y ansiedad, como preocupación, tensión corporal, inhibición, ineficacia funcional y otras formas de alteración de la normalidad en lo fisiológico, lo cognitivo y lo conductual.

Mirar en el siguiente enlace la cantidad de manifestaciones que podemos tener a nivel fisiológico, cognitivo y conductual por este puñetero miedo. ¡Mi jefa quiso acabar conmigo!.

Sin embargo, todos sabemos que el miedo es psicológico y su solución sencilla (jaja): simplemente hay que convencer a la prodigiosa y malévola mente que lo que se va a exponer ante el público es un tema que dominamos. Y que tampoco pasa absolutamente nada si nos equivocamos o no nos salen las palabras; ¿qué tiene de malo tener un pequeño desliz?. Además, para salir de estos momentos de apuro, no está de más tener una chuleta en el bolsillo. Es tan fácil como respirar hondo, sacar los apuntes (la chuleta), repasar, y continuar con la exposición. La solución es sencilla (jaja).

Pero todo esto sería un mal sueño si en la escuela nos enseñaran, como sucede en muchos países, a hablar, dialogar y comunicar. Por ejemplo, en países como Inglaterra, Francia y Estados Unidos los niños salen a la pizarra todos los días y tienen exámenes orales. ¡Qué detalle tan importante!. Además el único objetivo de la enseñanza no es preparar a hablar en público, si no saber comunicar. Si esto es así, nuestra seguridad y autoestima será mayor y en consecuencia hablar en público no deberá ser un problema. Lástima que a nuestro sistema educativo no parece importarle mucho formarnos en este sentido.

Pero volvamos al PechaKucha y el cómo transcurrió la jornada…

Bueno, quizás mejor lo dejamos para el siguiente post…que por cierto, no será hasta diciembre…cosas del sorteo.

calendario post

Deja un comentario